miércoles, 23 de abril de 2008

Kaipiroska mon amour!

Sí, se suele escribir con C, pero a mí me gusta más con K. Sea como fuere, la Kaipiroska se ha vuelto algo fundamental de cualquier encuentro erótico-festivo.

Todo empezó en Barcelona, frente al Mediterráneo, entre parón y parón del rodaje de Porta. Hoy día, en Madrid he logrado instaurar la tradición del Kaipiroska tras el curro entre mis compañeros. Hay varias alternativas...

La mejor es, sin lugar a dudas, el José Alfredo, también conocido entre los amigos como Josealfed. Es un bar mítico de cocktails en la calle Silva. Ezequiel es quizá uno de los camareros míticos de la noche madrileña y, he de reconocer, que es un hacha con el Kaipiroska. La cosa es que no lo tenían en la carta y menos sólo con lima (nada de limón, así es la receta Aragüés), pero el tío se portó y ahora ya ni siquiera pregunta. Patricia, la camarera, también se lo sabe ya y directamente nos las sirve. Somos los amigos de la Kaipiroska, vamos. 8 euros el cocktail, la mar de razonable y están de toma pan y moja. La mejor cocktelería de Madrid. Además, el único bar del mundo - además de La Taberna del Holandés - donde pueden clavarse el Soul Stone entero sin pestañear. Inmejorable y - para los que les guste - hasta con famosetes (desde Sergio Alcover de Fama, hasta Purificación García o un nutrido grupo de actores).

El más "in" es de Del Diego, a dos pasos de allí, creo que en la calle de la Reina. Es cierto que los cocktails son una pasada, pero el sitio es "demasiao" para mi gusto.

Y luego está la gran alternativa de los domingos latineros: La Taberna Chica. Sita en la Costanera de San Pedro, sirve multitud de cocktails con diferentes frutas, desde kiwis, piña, naranjas chinas, etc. hasta su máxima estrella que es la Kaipiroska de fresa (en la foto). Empalagosa a la segunda, sin embargo la primera es PECADO. Una absoluta maravilla. De  nuevo, sus 8 eurillos saben a gloria y os aseguro que es una bendición de domingo latinero, sólo superada la receta por un servidor en su casa del Barrio de las Letras, servida en el bar de Cormac con fresa y lima (y claro, azúcar moreno), que he cogido una mano con la Kaipiroska... ¡y estamos en temporada de fresas! ¡No quiero decir nada!

P.D.: No hacen Kaipiroska, pero la Caiprinha del Delic, también en la Latina, es absolutamente increíble, sobre todo, servida por las camareras que te escriben poesías...

viernes, 18 de abril de 2008

Zorro, Loro o lo que Sena

Se acerca el puente del 1 de mayo y sé perfectamente lo que eso significa: una buena dosis de juerga en Zaragoza. Así que, para matar el gusanillo hasta que llegue, qué mejor que rememorar uno de los mejores antros de la ciudad.

El Sena, emplazado en la calle Reina Fabiola, es quizá el último bastión de los supervivientes de la noche. Un bar que  abre las 24 horas del día, 365 días al año. En su extensa barra se pueden contemplar algunas de las mejores piezas de la ciudad. La tortilla de patata es mítica, las croquetas soberbias, la longaniza incombustible, la morcilla morrocotuda, la sepia y calamares de toma pan y moja y, señoras y señores, las albóndigas son SIN DUDA las mejores de toda la ciudad. En salsa de tomate casero, con pimientitos troceados es una auténtica bendición a altas horas de la noche.

El ambiente del Sena es distendido y decrépito (en el mejor de los sentidos). Si sobrevives a su baño, puedes considerar un auténtico truhán. Los camareros son la leche y sirven rápido y eficazmente. Es conveniente saber que hay que pagar al instante, pero no es caro. Entre su público hay viejales que rematan la noche o empiezan fuerte el día, adolescentes trasnochados, pijillas de segunda, auténticos maromos de Las Fuentes y sabandijas - entre las que se incluye un servidor - que salen de allí con la misma cara de felicidad que tiene mi amigo Álvaro en la foto. El contenido de su plato no es otra cosa que un remix de nuestra propia cosecha. Cuando la noche ya ha acabado contigo y sabes que tienes los minutos contados y debes engullir deprisa y retirarte vilmente, un combi de longaniza, sepia y albóndigas puede darte la vida... O la muerte.

Totalmente recomendable para los que no lo conozcan. Y en cuanto al Zorro y Loro, para otro día. Poco a poco y con paciencia...

miércoles, 9 de abril de 2008

Cerveza y Bares


Acabo de aterrizar aquí y después de haber tenído un día de vermout recorriendo los bares de mi ciudad, tengo que decir que me he quedado como diosss¡¡¡.

He empezado mi pequeña ruta cervecera entrando en el bar cafatería Louisiana Deluxe, que está en Fernando el Católico frente al Bingo Gran Vía (casi casi). Había quedado con Yopi para almorzar y era la primera vez que entraba desde su nueva inauguración hace escasamente 2 meses. Tiene una barra, que queda según entras a la izquierda, super larga y muy bien surtida de tapas. Dispone de ofertas de mini bocata con caña y lo mismo para los desayunos. La biblioteca que tiene la lado le suministra de jovenes hambrientos y sedientos y los comercios y oficinas e alrededor hacen de las mañanas una algarabía para no aburrirse mirando a las musarañas, jeje. La verdad es que está muy bien, hay dos camareras geniales, una cocinera excepcional y el trato es muy cordial. Que mas se puede pedir que un precio razonable y un trato agradable???

Bueno, pues de eso no hay, ja ja ja ja.

De allí nos salimos a sentarnos en un banco del paseo de Fernando el Católico a fumarnos un may y como el día acompañaba seguimos nuestra pequeña ruta hacia la calle Baltasar Gracián. Entramos en el bar Albatros, un clasico, mi cerveza no estaba muy fría porque la había metido hacia poco pero el pincho de boquerón estaba de muerte. Visita corta pero productiva. Proseguimos y nos dirigimos hacia Ram de Viu a ver a nuestras queridas amigas del Botin, que ya conocéis y me zampé un bocata especial Botin que me duró cero coma, mmmmmmmm...exquisito. De ahí para casita.

La verdad es que da gusto salir de vez en cuando y recorrerte los bares y las zonas de nuestra ciudad. Hay de todo y para todos los gustos. A las ratas nos va de casi todo y nos gusta salirnos de vez en cuando del convencionalismo del tapeo y es por eso por lo que hay que ir a todas partes, eso sí, siempre que uno disponga de tiempo para ello.

De mis antros de perversión os hablaré otro día, que yo tengo poca vida social y la poca que tengo me gusta que sea de calidad, de calidad ratuna claroestá. Me identifico con el tipo de la foto, en el fondo es lo mismo que yo hubiese hecho y antes de que se caliente, por favor¡¡¡¡¡¡¡¡

martes, 8 de abril de 2008

Almorzar en Embajadores


La  costumbre la instauramos Alberto y yo hace mucho, en los tiempos en que El Castaña campaba a sus anchas junto a nosotros por los antros de Malasaña. Los días jodidos empezábamos en Huertas y rematábamos en sitios tan decrépitos - que sigo frecuentando - como el Taboo (la mejor opción para quien se encuentre en Madrid a las 3 de la mañana y quieras saber lo que es realmente duro). Después, había que almorzar. Una pequeña costumbre que yo traje de Zaragoza. Me llevaron al San Ginés. Un chocolate con churros a las 6 de la mañana no es ni siquiera una opción considerable para un maño. Alberto, por aquel entonces, vivía al ladito de Embajadores y me dijo: "hay un sitio de taxistas que podría ser lo que buscas". 

Cuando entras en el Hinojar, sabes que estás en primera división. Juegas entre campeones. Lo mejorcito del submundo de la noche está allí: Gente muy pasada, yonkis malasañeros, parejas que saben que no van a follar, abuelos que madrugan, taxistas que acaban el turno y otros que empiezan y locos descerebrados como nosotros que llegan allí y piden unos "Pepitos de lomo con pimientos". Una auténtica delicia a esas horas. 

Por supuesto, la siguiente frase, acuñada por Patxi, no podía ser otra que la oficial del Loro: "¿De beber?" "Ya hemos bebido suficiente".

En cuanto llega el buen tiempo, hay una espléndida terraza que, quienes continuamos la tradición como Ratas de pro, Luque y yo, aprovechamos con descaro. Más de un gran encuentro entre cervezas robadas y buitres - literales - han acompañado esos amaneceres en Embajadores. 

"Hinojar. La casa del jamón" está al principio del Paseo de las Acacias, justito lindando con la glorieta de Embajadores. Abre como a las 5 de la mañana y es un auténtico paraíso en una ciudad donde salir no sólo es un coñazo, sino que se está convirtiendo - cada vez más - en un pecado.

P.D.: Otro de los sitios recomendables de Embajadores, sito en la misma glorieta, es uno cuyo nombre no recuerdo donde puedes tomarte UN POLLO para almorzar. Sí, sí, UN POLLO ENTERO, con su salsica y sus patatas. Alberto y yo lo llegamos a hacer un par de veces y eso sí que son costumbres de animal. Igual reto al Luque a una de esas un día de estos...

jueves, 3 de abril de 2008

Salicas

La foto lo dice todo. El Salas no es un sitio cualquiera.

Hay varios requisitos indispensables para ser Rata, pero sólo uno que es condición sine qua non: Tomarte un tubo del Salas en el Salas y que te guste. La cuestión es esa, que te sientas como en casa. ¿Por qué? Porque, entre otras cosas, es muy posible que la segunda que te tomes, lo hagas ya dentro de la barra. 

El Salas es uno de esos baluartes del Picarral de Zaragoza (stio en la calle Binéfar) donde puedes ser lo peor de ti mismo - y lo mejor a la vez, claro está - y sentirte totalmente orgulloso y tranquilo. Joaquín te sirve esos tubos de cerveza a la altura de uno mismo, mientras los toneles viejos, los trofeos y recortes de prensa del Zaragoza y el chorizo picante cuelga de las paredes. Sin embargo, lo que más me gusta son las reuniones que tienen allí. Se juntan los amigos a pimplarse buenos entrecottes o vete a saber qué, que cocinan allí mismo. Además, en la pared tienen una muestra de sus fechorías, porque en el calendario hay señaladas fechas como: "Comida en casa de Perico" o - mi favorita - "Domingo 29. Almuerzo opíparo".

Sobrevivir al baño es un mérito y cogerte allí una buena, un total merecimiento de condecoración. A las Ratas nos gusta porque sintoniza  perfectamente con nuestra filosofía. Además, justo al lado, están esos baluartes de sapiencia que son el Anselmo (nunca le creáis cuando os ofrezca olivas de las que no pican) o el Géminis (impagables croquetas, casi sin rival). Mi amigo Patxi y yo adoramos un vermut en El Salas, aunque sabemos que cuando pronunciamos "vermut" y "Salas" en la misma frase, significa que el día entero estará dedicado al hedonismo etílico.

Lo cual, dada nuestra naturaleza, a veces no está nada mal...