Lo prometido es deuda, así que era ya una cuestión personal que el próximo post hablara de ese mitical de Zaragoza, que es el Bonanza. No hablaré de su historia, la cual desconozco ampliamente y, seguramente, mucha gente más versada que yo podrán explayarse sobre ella. Solo decir que lleva tropecientos años en el mismo sitio y que allí, Manolo, al otro lado de la barra sigue al pie del cañón y que allí, puedes encontrar cosas como ésta: (Sí, sí, girad la cabeza y flipad un poco).

En el Bonanza no existe las cervezas grandes, sino los floreros. Las ensaldas son abundantes, pero lo grande es el bocadillo de tortilla de morcilla. Observad a mi brother cómo se deleita:

Sin embargo, la estrella de la casa es el "platico de verduras". Manolo viene y te dce: "Venga judías, borraja, acelga y col". Y te planta este platazo de jamón (cortado a tacos matadores), chorizo, salchichón de pueblo y queso.

Para rematar, qué mejor que darle el último sorbo de pacharán mientras vez que Manolo apaga las luces. No lo hace de vez, va poco a poco. A menos diez quita las de las mesas. A menos 5 la de la barra. Entonces, se queda solo una pequeña lámpara de mimbre en un rincón. A en punto, apaga también esa diminuta luz y se despide: "Ahora unos se irán a dormir, otros a beber y otros a follar. ¡Pero todos a la puta calle!".