martes, 9 de junio de 2009

Tortilloak

Hoy, me están viniendo revivals de Donosti... Así que, qué mejor que recordar ese gran sitio que me descubrió mi amigo Álvaro hace ya unos cuantos años, el Juantxo.

Durante muchos años consideré a Donosti la mejor ciudad de esta tierra (no diremos este país, no queremos levantar ampollas). La sustituyó Barcelona. Poco detrás están Granada y, sí así son las cosas, Zaragoza. Pues Donosti es una ciudad de la hostia, cojonuda, donde te sientes como en casa. Quitando el txirimiri, todo es estupendo. Y en la parte vieja de Donosti hay un reducto de cordura que es el Juantxo.

En los últimos 90, mi colega Álvaro me decía aquella mañana de septiembre, en pleno festival de cine: Ya verás esta noche cuando vayamos al Juantxo. ¡Menudos bocatas de tortilla! ¡¡Que se sale por los lados!! Como buen maño, yo pensaba que Álvaro exageraba. Pero no. Estaba en lo cierto.

El bocata por excelencia en Donosti es en el Juantxo. Puede ser de calamares, de ternera o de lo que quieras. Yo, opto por la tradición maña y darle bien al de tortilla de patata. Es espectacular. Sólo de recordarlo me viene la cara de Álvaro intentando atrapar la tortilla que, traviesa, se escapa por los costados.

La única pega para los que no hablamos euskera, es que es preferible pedir así. Pero te aceptan el castellano con cara de póker y piden con un tono característico los bocatas a la cocina, a través de un interfono.

Comer en el bar es imposible, así que lo tienen todo estudiado para dártelo para llevar. Así que te sales a la calle y, allí en lo viejo, buscas un buen lugar, si es con vistas al mar mejor, que los de secano siempre lo echamos en falta, y hala ¡a luchar contra la tortilla!