Ahora que Londres está a un paso de aquí, no hay excusa para no pegarse un desayuno de esos que hacen historia, si se está pisando suelo british. A menudo, en cualquier hotelucho de la capital, te venderán el "famoso" English full breakfast. Huid de eso. No es más que un engañabobos. Merece la pena darse un garbeo hasta Rengency St. y visitar el Regency Cafe. Está, cerquita del Parlamento. Es posible que haya alguna estación de metro más cercana que Pimlico, pero como esa era la mía cuando estuve viviendo allí, es la que me atrevo a recomendar.
Los ingleses son gente sin mucha tradición culinaria, prueba de ello es que siempre están dándole a la comida asiática, india o de cualquier otra parte. Sin embargo, una de las cosas que sí es auténtica de ellos, son esos desayunos abundantes y cargados de mala leche. En el Regency se sirven los mejores de Londres, lo atestigua el público del garito. A cualquier hora puedes encontrar tanto a curreles de la construcción como a ejecutivos de cuello blanco, comiendo casi codo con codo.
Se puede visitar a casi cualquier hora y no necesariamente para desayunar - te puedes marcar una comida maravillosa por su sitio, recomendación de spaguettis boloñesa - solo que por las tardes cierra, así que conviene ir tempranito. El English full es de verdad. Aunque el contenido sea como el de los hoteles, la calidad está a años luz. Huevos, salchichas, judías, bacon, tomates fritos, patatas y más cosas que se me quedan en el tintero. A pesar de ello, mi favorito es el "Bacon-egg roll". No es más que un panecillo (estilo de una hamburguesa) donde te meten un huevo frito y una tira de bacon. Pero claro, es bacon es de verdad y nosotros, aquí, lo llamaríamos filete de lomo. A las 7 de la mañana, cuando nos íbamos a etalonar al Soho, este invento sentaba de maravilla en el camino.
Mención aparte se merece el té del Regency. Posiblemente no haya un té tan bueno en todo Londres - y ya es decir -. Es una maravilla que te lo sirvan para llevar y saborearlo, que tiene consistencia. Nada de Starbucks, Regency, por favor. Baste decir, que yo no era aficionado al té con leche hasta que fui al Regency.
¿Y por qué el Loro de Londres? Pues porque el Regency me recuerda enormemente al Loro (el de Zaragoza, claro. Hablaremos de él en un futuro muy cercano) solo que allí. Abre también muy temprano y cierra al final de la mañana. El ambiente es mucho más educado y comedido que en el Loro, pero ese aire de "menudo sitio" no se lo quita nadie. Una escenita de Snatch está rodada entre sus paredes. Y los precios son como en todo Londres, para echarte a temblar, pero allí, está considerado barato.
Nota mental: No soy el único que adora este sitio.
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