viernes, 26 de diciembre de 2008

¡Teruel Mola!

Yo propongo cambiar la conocida frase ¡Teruel existe! por la del título de este post, porque otra cosa no sé, pero Teruel mola la hostia. Es pequeñico, es particular y mola. Es un sitio de puta madre para pasar un par de días, que ofrece rincones tan conocidos desde fuera pero poco pateados como este:
¿Y por qué Teruel? Pues porque mi colega Sancho (en la foto a los teclados) es de allí. Tenía una serie de bolos ineludibles y, claro está, aprovechamos para convertir la noche y el día en una auténtica Apología del hedonismo.

Esta es la vista de Teruel desde el chalet de Sancho. Planeamos cosas desde allí. En verano, por favor, que otra cosa no, pero frío hace en Teruel.

Y sin duda, el mejor garito de Teruel no es otro que el Hartzembusch, o como yo me empeñé en llamarle: Hohenföller.
En cuanto pisé la entrada supe que me encontraría en él como pez en el agua. ¿Por qué? Porque está en la primera planta de una casa, al ladico de la torre que encabeza este post. A mi me encantan estos sitios, como le pasa al Zorro de Zaragoza, que están escondidos y tienes que aventurarte a lo desconocido para llegar hasta ellos.

El Hohenföller, es una mezcla entre garito bohemio chill out y peña de pueblo. Es el Zorro o el Lamiak de Teruel. La gente es variopinta, pero es un público amplio y selecto a la vez. Desde luego entra dentro de alternativismos pero no convencionales. No es pop, no es modernillo, ni nada por el estilo. Es canallesco y garagero. Como sucede en esta clase de sitios, resulta tremendamente fácil interactuar con la gente, pues son de carácter y predispisición abierta. Con el camarero haces migas en seguida y la cola de los baños da para largas divagaciones con desconocidos. Una joyita, de verdad. Que nadie diga que ha estado en Teruel, sino ha estado en el Hartzembusch. Y después... ¿qué? Pues nada como una comilona en el Bar Torico, regentado con maestría por Joaquín "y un millón", un auténtico superviviente de la noche, una suerte de Ford Farlaine de Teruel con más gracia que el moño de una andaluza y que sirve delicias como éstas:

Almejicas de chuparte los dedos, pulpo para vovlerte loco, revuelto de morcilla que no necesita presentación con tostadas con paté de oliva... Pero la pieza maestra de la casa en la tapa que hace con patata salpicada de pimentón y pincho moruno envuelto en jamón. De Teruel, por supuesto. Con todo esto, es imposible no salir del bar como Sancho:

Y como no hay dos sin tres, pues si Teruel Mola, Zaragoza también y rematamos la faena otros tres días zaragozeando. Sancho no se creía que en esta ciudad puedes salir absolutamente TODOS los días hasta las 6 de la mañana sin ningún problema. Y almorzar, eso es imprescindible.

Regando todo con uno de mis vinos preferidos, Dinastía Vivanco. Una delicia de Rioja suave y con personalidad, que deja un final de vainilla. Mis amigos del Sidecar (en la calle Mayor) lo sirven de lujo. Otro día hablo de ellos.

Y, por supuesto, ningún almuerzo es almuerzo sin las albóndigas del Sena, bar del que ya hemos hablado en anteriores ocasiones.

Claro, que nunca puedes venir a Zaragoza con gente de fuera y no llevarlos al Bonanza. Bar mítico donde los haya y siempre un acierto. Sin duda, el predilecto de la noche. Y allí, aparte de floreros, platicos de verdura y tortillas de morcilla, Manolo te enseña las fotos de su sobrino.


Otro día, un amplio reportaje para Manolo y el Bonanza.

lunes, 15 de diciembre de 2008

¡Viva la vida! (vol. 2)

No me volveré a extender en las virtudes del restaurante de Madrid Viva la vida. Como siempre, la costumbre hace al animal, y por eso yo visitaba el que quedaba justito al lado de mi casa, en la calle Huertas. Pero su hermano en La Latina, aparte de la oferta gastronómica ofrece suculentos incentivos como el salón que se muestra en la foto. Está en el sótano, lleno de cachivaches y repleto de una decoración tirando a mediterránea que se agradece en lo más crudo del crudo invierno. 

El local es amplísimo e invita a pasar allí un buen rato. Eso sí, las cervezas ecológicas no suben tanto como las normales. Vaya...

Sin más, que vayáis cuando podáis, porque reponer fuerzas allí y luego "coctelear en pleno latineo" es una de las grandes opciones en esta ciudad de locos.

martes, 25 de noviembre de 2008

USA en London

Ed's es un garito al más puro estilo años 50 en el centro de Londres, a un paso de Picadilly Circus. Solo que los años 50 que representa son yanquis, no ingleses. 

Rock clásico, gramolas, asientos acolchados y camareros simpáticos. Cualquier hamburguesa está buena. Está muy buena. Hacía mucho que no comía una tan buena. Y no es caro, al menos no lo es para Londres. Eso sí, te timan con el tema de las patatas, porque en teoría vienen " al lado", pero si te preguntan si quieres y dices que sí, te las ponen en un bol a parte. Si no te importa pagarlas, merece la pena, porque también están de puta madre.

Mi amigo Álvaro estuvo tentado de pedir todo eso con un batido de fresa, al más puro estilo yanqui, pero con una Budweisser, mejor que mejor.

Me encantaría ver al Panchi allí, pidiendo una Panchiburguesa. ¿Que qué es? Hamburguesa, pechuga, bacon, queso, huevo y roquefort. Nada de verde. Nada de salsas. Así es cómo él la pide en sitios como el San Petersburgo. La primera vez, tuvo que beberse dos jarras de Ambar para pasarla...

martes, 28 de octubre de 2008

Domingos Latineros

Si estás en Madrid un domingo, independientemente de la época del año y a pesar del mal tiempo, lo mejor que puedes hacer es ir a La Latina. Hay quien empieza a las 3 de la tarde, poniéndose hasta arriba en sitios maravillosos como el Txirimiri, sin embargo yo recomiendo empezar sobre las 7 de la tarde. De ahí hasta la 1 de la madrugada todo es absolutamente recomendable, a partir de esa hora se puede seguir la juerga, claro está, pero hay que estar predispuesto a entrar en los submundos madrileños de la nocturnidad y alevosía.

De todos los sitios de la Latina, el Lamiak es mi favorito. Un lugar donde siempre eres bien recibido y la gente es totalmente accesible. Sí que es cierto que cada vez esta más lleno de gentucilla y pijerío, pero aún resiste como baluarte del buen rollo del domingo. Y es que está claro, que quien sale el domingo da buena cuenta de la pasta de la que está hecho. Y todos sabemos que los deshechos humanos son las mejores personas...

Entre copa y copa (absolutamente baratas para Madrid ¡¡¡6 Euros!!!) un paseíto por el Juana La Loca es lo más apropiado. Donde hacen la mejor tortilla de patata de Madrid. Sí, sí, sin coñas. Si la foto no lo deja claro, vayan y compruébenlo.

Ahora, es caro y el servicio te trata como un apestado. 

Aunque claro, es la imagen que das.

viernes, 12 de septiembre de 2008

¡Viva la Vida!

Ese es el nombre de un curiosísimo restaurante vegetariano en plena calle de Huertas (Madrid). Como se puede ver en la foto, uno de los grandes atractivos es comer, literalmente, en la calle. Viva la vida es un pequeño establecimiento (existe alguno más en Madrid, al menos en La Latina) que presenta  una variada oferta vegetariana. Se trata de un buffet libre que cobran al peso del plato. Así que cuanto más comas, más pagas y viceversa. Es una maravilla con el buen tiempo sentarte en sus bancos o, incluso, en la misma calle, y disfrutar de una comida distinta viendo la vida  tranquila de Huertas de día.

Hay ensaladas, arroces, lasañas, pasteles, croquetas y multitud de cosas más que desconozco lo que eran, pero estaban buenísimas (Como el rollito de aquí abajo... increíble).

Naturalmente, un plato así sale como por 10 euros, pero también porque  hay de todo (y de este sobró, aunque no me guste reconocerlo), porque aunque parezca que no, llena.


De cualquier manera, un acercamiento distinto, desenfadado, casi bohemio y absolutamente delicioso se encuentra al alcance de la mano en el Viva la vida, para todo el que quiera acercarse. Totalmente recomendable hasta para los escépticos con "los vegetarianismos".

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Penthouse party

Uno de los grandes descubrimientos que se pueden hacer en el centro madrileño es La Casa de Granada. A este nombre responde un maravilloso local situado en ¡un ático!  junto a la Plaza de Tirso de Molina (Calle Dr. Cortezo, 17). 

Nada más llegar ya es cautivador, hay que tocar el timbre de la quinta planta en el portal para que te abran, una vez dentro tienes que encomendarte al ascensor más tétrico de la Villa y Corte hasta llegar al último piso, donde  puedes leer claramente: "Casa de Granada, aquí se cultiva la amistad". Eso ya merece la pena, pero cuando ves que tienen un fantástico balcón con vistas  a Tirso de Molina y, por tanto, a todo el sur de Madrid, sabes que has dado con un sitio especial.

La Casa de Granada abre todos los días desde el mediodía hasta medianoche. Destaca por servir cerveza Alhambra - con Ambar y Mahou, las mejores de España - y dar suculentas raciones. A mi me vuelven loco las Panderetas. Una de  ellas es precisamente la de la foto: Un buen surtido de patatas, alitas de pollo y diferentes salsas. Son de resaltar también sus boquerones fritos y su ensalada de tomate y ventresca. 

Sin embargo, lo mejor de todo es el ambiente. No hay nada como subir a su balcón al atardecer y tomarte una Alhambra con la puesta de sol. Hay que hacer cola en las mesas de dentro para acceder a las de la terraza, pero puedes estar de pie, apoyado en la barandilla perfectamente. Es recomendable ir pronto, ya que siempre está hasta los topes y vigilar que el camarero grite tu nombre (para las mesas de fuera) y no te enteres. Salvo eso, allí sólo queda disfrutar y salir siempre con unas cuantas cervezas de más, lo cual es inevitable. 

Cosas de cultivar la amistad, ¿no?

jueves, 31 de julio de 2008

En los fogones

Últimamente estoy volviendo a cogerle el gusto a los fogones. Mi casa del Barrio de las letras es un hervidero de probatinas y, las más de las veces, recetas no muy originales, pero sí con un fuerte toque personal.

Hasta ahora hemos sido siempre asiduos Víctor y yo, ya que no nos queda otra en la pausa del curro. Ahora, Sergio se unirá a nosotros y ya me siento una especie de "Pater familias" guisando para la prole. Con un poquito de ópera y un delantal a cuadros, podría sentirme como Coppola.

Entre mis especialidades, se encuentran mis "Tallarines vietnamita" y el "Arroz tres (mil) delicias". Los tallarines no tienen gran secreto, exceptuado las verduras con las que  se los fríen, que deben estar frescas para que se logre algo digno. Yo suelo expoliar el huerto de mi madre cuando puedo escaparme a Zaragoza y surtirme de allí. Realmente se pueden combinar como se quiera, pero yo recomiendo freír cebolla, calabacín, tomate y zanahoria. Con los tallarines cocidos, se refríe todo con ellos y se le añade bien de salsa de soja.

El arroz es similar, en cuanto a que las tres (mil) delicias no son más que las que se te pasen por la cabeza o lo que tengas en la nevera. Yo le echo toda clase de verdura que puedo. Además, frío patatas a cuadraditos, bacon o jamón y, el toque para la fritura final, un poco de queso emmental para darle un rollo bien curioso. Luego un poco de curry, salsa de soja y, el toque personal, salsa Perrins. Después de pasar todo eso por la sartén, puedo asegurar que está de vicio.

Todo el que encuentre mi casa, está invitado, en la cual hay bar - lo recuerdo por si acaso - del cual, hablaré otro día.

domingo, 25 de mayo de 2008

Superpoderes

Ni más ni menos. Superpoderes es lo que da la Sopa Castellana (me gusta así, con mayúsculas), mítico entrante de la Sanabresa (C/ Amor de Dios), a dos pasos de mi casa, en el Barrio de las Letras. El santuario que hemos tomado Víctor y yo, como curación de nuestras almas tras un duro día de trabajo en el montaje de "Uno de los nuestros".

La Sanabresa me la descubrió el mismo Víctor hace unos cuantos años y hasta ahora no había vuelto a ir, pero estos días de catarro, la Sopa Castellana, me ha curado cualquier atisbo de enfermedad. ¿Qué lleva? Pues de todo. El caldo, como se aprecia en la foto, es de un naranja tóxico. Hay pan, jamón, huevo frito y vete a saber qué más. Yo la cargo bien de pimienta para que sea aún más explosiva. En el culico final, la pimienta hace estragos maravillosos... Da igual lo que se coma después y poco importa el vino de batalla, porque la Sopa Castellana es un hito y, posiblemente, lo mejor del día. Te devuelve las fuerzas, el ánimo y la energía para afrontar una dura tarde de montaje (o lo que sea necesario).

Totalmente recomendable y a un precio más que razonable. En pleno centro madrileño, menús de 8.50 y 9.50 son casi un hito, con lo que la Sanabresa se coloca en la punta de los locales de comida casera más maravillosos de la Villa y Corte. Y para los golosos, los postres son caseros y cojonudos. Las fresas con nata, una exquisitez, servidas con auténtica nata de pastelería, nada de mierdas en spray. Y los profiteroles, de toma pan y moja.

Además, en dos días de conocen. Cuando llegamos, ni nos preguntan, ya nos ponen las cucharas directamente y sonríen cuando, por tercer día seguido, nos atrevemos con la Sopa Castellana. Pero ¿es que hay algo mejor?

miércoles, 23 de abril de 2008

Kaipiroska mon amour!

Sí, se suele escribir con C, pero a mí me gusta más con K. Sea como fuere, la Kaipiroska se ha vuelto algo fundamental de cualquier encuentro erótico-festivo.

Todo empezó en Barcelona, frente al Mediterráneo, entre parón y parón del rodaje de Porta. Hoy día, en Madrid he logrado instaurar la tradición del Kaipiroska tras el curro entre mis compañeros. Hay varias alternativas...

La mejor es, sin lugar a dudas, el José Alfredo, también conocido entre los amigos como Josealfed. Es un bar mítico de cocktails en la calle Silva. Ezequiel es quizá uno de los camareros míticos de la noche madrileña y, he de reconocer, que es un hacha con el Kaipiroska. La cosa es que no lo tenían en la carta y menos sólo con lima (nada de limón, así es la receta Aragüés), pero el tío se portó y ahora ya ni siquiera pregunta. Patricia, la camarera, también se lo sabe ya y directamente nos las sirve. Somos los amigos de la Kaipiroska, vamos. 8 euros el cocktail, la mar de razonable y están de toma pan y moja. La mejor cocktelería de Madrid. Además, el único bar del mundo - además de La Taberna del Holandés - donde pueden clavarse el Soul Stone entero sin pestañear. Inmejorable y - para los que les guste - hasta con famosetes (desde Sergio Alcover de Fama, hasta Purificación García o un nutrido grupo de actores).

El más "in" es de Del Diego, a dos pasos de allí, creo que en la calle de la Reina. Es cierto que los cocktails son una pasada, pero el sitio es "demasiao" para mi gusto.

Y luego está la gran alternativa de los domingos latineros: La Taberna Chica. Sita en la Costanera de San Pedro, sirve multitud de cocktails con diferentes frutas, desde kiwis, piña, naranjas chinas, etc. hasta su máxima estrella que es la Kaipiroska de fresa (en la foto). Empalagosa a la segunda, sin embargo la primera es PECADO. Una absoluta maravilla. De  nuevo, sus 8 eurillos saben a gloria y os aseguro que es una bendición de domingo latinero, sólo superada la receta por un servidor en su casa del Barrio de las Letras, servida en el bar de Cormac con fresa y lima (y claro, azúcar moreno), que he cogido una mano con la Kaipiroska... ¡y estamos en temporada de fresas! ¡No quiero decir nada!

P.D.: No hacen Kaipiroska, pero la Caiprinha del Delic, también en la Latina, es absolutamente increíble, sobre todo, servida por las camareras que te escriben poesías...

viernes, 18 de abril de 2008

Zorro, Loro o lo que Sena

Se acerca el puente del 1 de mayo y sé perfectamente lo que eso significa: una buena dosis de juerga en Zaragoza. Así que, para matar el gusanillo hasta que llegue, qué mejor que rememorar uno de los mejores antros de la ciudad.

El Sena, emplazado en la calle Reina Fabiola, es quizá el último bastión de los supervivientes de la noche. Un bar que  abre las 24 horas del día, 365 días al año. En su extensa barra se pueden contemplar algunas de las mejores piezas de la ciudad. La tortilla de patata es mítica, las croquetas soberbias, la longaniza incombustible, la morcilla morrocotuda, la sepia y calamares de toma pan y moja y, señoras y señores, las albóndigas son SIN DUDA las mejores de toda la ciudad. En salsa de tomate casero, con pimientitos troceados es una auténtica bendición a altas horas de la noche.

El ambiente del Sena es distendido y decrépito (en el mejor de los sentidos). Si sobrevives a su baño, puedes considerar un auténtico truhán. Los camareros son la leche y sirven rápido y eficazmente. Es conveniente saber que hay que pagar al instante, pero no es caro. Entre su público hay viejales que rematan la noche o empiezan fuerte el día, adolescentes trasnochados, pijillas de segunda, auténticos maromos de Las Fuentes y sabandijas - entre las que se incluye un servidor - que salen de allí con la misma cara de felicidad que tiene mi amigo Álvaro en la foto. El contenido de su plato no es otra cosa que un remix de nuestra propia cosecha. Cuando la noche ya ha acabado contigo y sabes que tienes los minutos contados y debes engullir deprisa y retirarte vilmente, un combi de longaniza, sepia y albóndigas puede darte la vida... O la muerte.

Totalmente recomendable para los que no lo conozcan. Y en cuanto al Zorro y Loro, para otro día. Poco a poco y con paciencia...

miércoles, 9 de abril de 2008

Cerveza y Bares


Acabo de aterrizar aquí y después de haber tenído un día de vermout recorriendo los bares de mi ciudad, tengo que decir que me he quedado como diosss¡¡¡.

He empezado mi pequeña ruta cervecera entrando en el bar cafatería Louisiana Deluxe, que está en Fernando el Católico frente al Bingo Gran Vía (casi casi). Había quedado con Yopi para almorzar y era la primera vez que entraba desde su nueva inauguración hace escasamente 2 meses. Tiene una barra, que queda según entras a la izquierda, super larga y muy bien surtida de tapas. Dispone de ofertas de mini bocata con caña y lo mismo para los desayunos. La biblioteca que tiene la lado le suministra de jovenes hambrientos y sedientos y los comercios y oficinas e alrededor hacen de las mañanas una algarabía para no aburrirse mirando a las musarañas, jeje. La verdad es que está muy bien, hay dos camareras geniales, una cocinera excepcional y el trato es muy cordial. Que mas se puede pedir que un precio razonable y un trato agradable???

Bueno, pues de eso no hay, ja ja ja ja.

De allí nos salimos a sentarnos en un banco del paseo de Fernando el Católico a fumarnos un may y como el día acompañaba seguimos nuestra pequeña ruta hacia la calle Baltasar Gracián. Entramos en el bar Albatros, un clasico, mi cerveza no estaba muy fría porque la había metido hacia poco pero el pincho de boquerón estaba de muerte. Visita corta pero productiva. Proseguimos y nos dirigimos hacia Ram de Viu a ver a nuestras queridas amigas del Botin, que ya conocéis y me zampé un bocata especial Botin que me duró cero coma, mmmmmmmm...exquisito. De ahí para casita.

La verdad es que da gusto salir de vez en cuando y recorrerte los bares y las zonas de nuestra ciudad. Hay de todo y para todos los gustos. A las ratas nos va de casi todo y nos gusta salirnos de vez en cuando del convencionalismo del tapeo y es por eso por lo que hay que ir a todas partes, eso sí, siempre que uno disponga de tiempo para ello.

De mis antros de perversión os hablaré otro día, que yo tengo poca vida social y la poca que tengo me gusta que sea de calidad, de calidad ratuna claroestá. Me identifico con el tipo de la foto, en el fondo es lo mismo que yo hubiese hecho y antes de que se caliente, por favor¡¡¡¡¡¡¡¡

martes, 8 de abril de 2008

Almorzar en Embajadores


La  costumbre la instauramos Alberto y yo hace mucho, en los tiempos en que El Castaña campaba a sus anchas junto a nosotros por los antros de Malasaña. Los días jodidos empezábamos en Huertas y rematábamos en sitios tan decrépitos - que sigo frecuentando - como el Taboo (la mejor opción para quien se encuentre en Madrid a las 3 de la mañana y quieras saber lo que es realmente duro). Después, había que almorzar. Una pequeña costumbre que yo traje de Zaragoza. Me llevaron al San Ginés. Un chocolate con churros a las 6 de la mañana no es ni siquiera una opción considerable para un maño. Alberto, por aquel entonces, vivía al ladito de Embajadores y me dijo: "hay un sitio de taxistas que podría ser lo que buscas". 

Cuando entras en el Hinojar, sabes que estás en primera división. Juegas entre campeones. Lo mejorcito del submundo de la noche está allí: Gente muy pasada, yonkis malasañeros, parejas que saben que no van a follar, abuelos que madrugan, taxistas que acaban el turno y otros que empiezan y locos descerebrados como nosotros que llegan allí y piden unos "Pepitos de lomo con pimientos". Una auténtica delicia a esas horas. 

Por supuesto, la siguiente frase, acuñada por Patxi, no podía ser otra que la oficial del Loro: "¿De beber?" "Ya hemos bebido suficiente".

En cuanto llega el buen tiempo, hay una espléndida terraza que, quienes continuamos la tradición como Ratas de pro, Luque y yo, aprovechamos con descaro. Más de un gran encuentro entre cervezas robadas y buitres - literales - han acompañado esos amaneceres en Embajadores. 

"Hinojar. La casa del jamón" está al principio del Paseo de las Acacias, justito lindando con la glorieta de Embajadores. Abre como a las 5 de la mañana y es un auténtico paraíso en una ciudad donde salir no sólo es un coñazo, sino que se está convirtiendo - cada vez más - en un pecado.

P.D.: Otro de los sitios recomendables de Embajadores, sito en la misma glorieta, es uno cuyo nombre no recuerdo donde puedes tomarte UN POLLO para almorzar. Sí, sí, UN POLLO ENTERO, con su salsica y sus patatas. Alberto y yo lo llegamos a hacer un par de veces y eso sí que son costumbres de animal. Igual reto al Luque a una de esas un día de estos...

jueves, 3 de abril de 2008

Salicas

La foto lo dice todo. El Salas no es un sitio cualquiera.

Hay varios requisitos indispensables para ser Rata, pero sólo uno que es condición sine qua non: Tomarte un tubo del Salas en el Salas y que te guste. La cuestión es esa, que te sientas como en casa. ¿Por qué? Porque, entre otras cosas, es muy posible que la segunda que te tomes, lo hagas ya dentro de la barra. 

El Salas es uno de esos baluartes del Picarral de Zaragoza (stio en la calle Binéfar) donde puedes ser lo peor de ti mismo - y lo mejor a la vez, claro está - y sentirte totalmente orgulloso y tranquilo. Joaquín te sirve esos tubos de cerveza a la altura de uno mismo, mientras los toneles viejos, los trofeos y recortes de prensa del Zaragoza y el chorizo picante cuelga de las paredes. Sin embargo, lo que más me gusta son las reuniones que tienen allí. Se juntan los amigos a pimplarse buenos entrecottes o vete a saber qué, que cocinan allí mismo. Además, en la pared tienen una muestra de sus fechorías, porque en el calendario hay señaladas fechas como: "Comida en casa de Perico" o - mi favorita - "Domingo 29. Almuerzo opíparo".

Sobrevivir al baño es un mérito y cogerte allí una buena, un total merecimiento de condecoración. A las Ratas nos gusta porque sintoniza  perfectamente con nuestra filosofía. Además, justo al lado, están esos baluartes de sapiencia que son el Anselmo (nunca le creáis cuando os ofrezca olivas de las que no pican) o el Géminis (impagables croquetas, casi sin rival). Mi amigo Patxi y yo adoramos un vermut en El Salas, aunque sabemos que cuando pronunciamos "vermut" y "Salas" en la misma frase, significa que el día entero estará dedicado al hedonismo etílico.

Lo cual, dada nuestra naturaleza, a veces no está nada mal...

jueves, 27 de marzo de 2008

Eus' Tavern

La mejor música de Zaragoza se escucha en La Taberna del Holandés. Esto es un hecho. Absolutamente indiscutible. Más desde que su dueño, mi amigo Eus Barrera, ha habilitado un espacio - bajo el epígrafe de Jam Session - donde los DJ's que quieran pueden ir a marcarse una buena pinchada. 

El bar, con más historia que muchos de nosotros, está en manos del amigo Eus desde hace casi 20 años. 20 añazos en los que se ha escuchado allí de todo, desde Manhattan Transfer hasta Al Jarreau, pasando por George Thorogood & the destroyers o los FFF. Y es que en el bar de Eus se escucha una música única en la ciudad. Yo mismo, muchas veces, arramblo con los Doors, ZZ Top o, porqué no, incluso New Order. Todo depende del día, el estado de ánimo y un montón de cosas más. Realmente se disfruta cuando ponemos un temazo, como es el caso del Rio de Janeiro de J.J. Cale, nuestro favorito. 

El enclave es idóneo para una fiesta en buena compañía, con paredes, suelos y techos de madera hechos por el propio Eus, adornados con algunos pósters de películas emblemáticas. Las luces bajas y el trato exquisito de Eus y Chus, su mujer, hacen de La Taberna un sitio donde tomarte unos copazos de infarto - los cubatas mejor servidos de Zaragoza y a unos precios inmejorables - mientras suena una muestra de la mejor música que encontrarás en los alrededores. No pocas veces, se ha levantado de alguna mesa, algún cliente curioso para felicitar por la música y preguntar de dónde la ha sacado el amigo Eus. Además, su especialidad son los quemadillos de ron, que además de estar de toma pan y moja, más de una  vez me han quitado un catarro. A todo, esto, hay que sumarle que en verano tiene una terraza estupenda además de muy tranquila, donde se pasan las horas volando.

La Taberna del Holandés está en la calle Supervía con Cosme Blasco, cerca de la plaza San Francisco y cerca tiene el Botín, un sitio donde los bocadillos y las ensaladas son para darte con un canto en los dientes. Así que, para todo el que quiera, ya sabe que no tiene excusa para no pasarse. 

Y sí, a más de una rata es fácil encontrarnos allí, disfrutando en incluso echando una mano al otro lado de la barra. 

miércoles, 26 de marzo de 2008

El Loro de Londres

Ahora  que Londres está a un paso de aquí, no hay excusa para no pegarse un desayuno de esos que hacen historia, si se está pisando suelo british. A menudo, en cualquier hotelucho de la capital, te venderán el "famoso" English full breakfast. Huid de eso. No es más  que un engañabobos. Merece la pena darse un garbeo hasta Rengency St. y visitar el Regency Cafe. Está, cerquita del Parlamento. Es posible que haya alguna estación de metro más cercana que Pimlico, pero como esa era la mía cuando estuve  viviendo allí, es la que me atrevo a recomendar.

Los ingleses son gente sin mucha tradición culinaria, prueba de ello es que  siempre están dándole a la comida asiática, india o de cualquier otra parte. Sin embargo, una de las cosas que sí es auténtica de ellos, son esos desayunos abundantes y cargados de mala leche. En el Regency se sirven los mejores de Londres, lo atestigua el público del garito. A cualquier hora puedes encontrar tanto a curreles de la construcción como a ejecutivos de cuello blanco, comiendo casi codo con codo.

Se puede visitar a casi cualquier hora y no necesariamente para desayunar - te puedes marcar una comida maravillosa por su sitio, recomendación de spaguettis boloñesa - solo que por las tardes cierra, así que conviene ir tempranito. El English full es de verdad. Aunque el contenido sea como el de los hoteles, la calidad está a años luz. Huevos, salchichas, judías, bacon, tomates fritos, patatas y más cosas que se me quedan en el tintero. A pesar de ello, mi favorito es el "Bacon-egg roll". No es más  que un panecillo (estilo de una hamburguesa) donde te meten un huevo frito y una tira de bacon. Pero claro, es bacon es de verdad y nosotros, aquí, lo llamaríamos filete de lomo. A las 7 de la mañana, cuando nos íbamos a etalonar al Soho, este invento sentaba de maravilla en el camino. 

Mención aparte se merece el té del Regency. Posiblemente no haya un té tan bueno en todo Londres - y ya  es decir -. Es una maravilla que te lo sirvan para llevar y saborearlo, que tiene consistencia. Nada de Starbucks, Regency, por favor. Baste decir, que yo no era aficionado al té con leche hasta que fui al Regency. 

¿Y por qué el Loro de Londres? Pues porque el Regency me recuerda enormemente al Loro (el de Zaragoza, claro. Hablaremos de él en un futuro muy cercano) solo que allí. Abre también muy temprano y cierra al final de la mañana. El ambiente es mucho más educado y comedido que en el Loro, pero ese aire de "menudo sitio" no se lo quita nadie. Una escenita de Snatch está rodada entre sus paredes. Y los precios son como en todo Londres, para echarte a temblar, pero allí, está considerado barato.

Nota mental: No soy el único que adora este sitio.

martes, 25 de marzo de 2008

El año de la Rata

Este 2008 es el año chino de la Rata, un animal con el cual los que intervendremos en este humilde blog nos sentimos muy identificados (Aquí las razones). Hoy da comienzo una ruta por los bajos fondos de la ciudad, un recorrido por los mejores bares, los mejores restaurantes y esos rincones de algunas ciudades - conocidas o por conocer - que merece la pena visitar.

Para empezar con buen pie, lo haremos con un gran local del barrio de la Magdalena de Zaragoza, la Antigua Casa Paricio, sita al final del Coso, casi ya en las Tenerías. Este establecimiento, existía ya desde tiempos inmemoriales como bodega de vinos a granel. Con el tiempo se ha reconvertido en un reconocido surtidor de vermuts caseros (con el correspondiente sifón. Sí, sí, sifón) y un maravilloso surtido de conservas, destacando los mejillones, navajas, tacos de atún y berberechos. No hay nada, como un mediodía de domingo, gustando un vino de la tierra (Aylés es mi recomendación) contrastando con el sabor metálico de sus mejillones, para mí, la piéce de resistance y el motor que me hace ir allí con mi gran amigo Eus. 

Con todo, hay que decir que la estrella de la casa - al menos por lo que es conocido el sitio en Zaragoza - son las anchoas. Yo no soy un asiduo a este manjar, pero todo el que las prueba, dice que no hay anchoas igual en toda la ciudad. Mi amigo Eus, Kase.o y su colega Diego, sin ir más lejos, dieron buena cuenta de ellas este mismo domingo.

Además, el negocio es familiar y se nota. El servicio es notabilísimo, entrañable a la hora de servir, acompañado de una confianza como pocas veces se ve. El precio es más que razonable y la compañía de gente del barrio - tanto veteranos de toda la vida, como jóvenes aventureros - hace un disfrute de esta antigua bodega en el corazón de la Magdalena.